viernes, 25 de marzo de 2016

Kamishibai: la antigua televisión japonesa

Kamishibai, tal y como recoge la wikipedia, es una palabra japonesa que significa “teatro de papel”. Es una forma de contar historias que se originó en los templos budistas de Japón en el siglo XII, donde los monjes utilizaban pergaminos, combinando imágenes con texto, para combinar historias con enseñanzas morales para audiencias mayormente analfabetas.
Entre 1920 y 1940 hubo un renacimiento de esta forma de contar historias debido a la gran depresión. Contar historias empleando este teatrito se convirtió en una forma de ganarse la vida. El gaito kamishibaiya, o cuentista, golpeaba dos pedazos de madera para anunciar su llegada a las diferentes villas. En ellas vendía dulces a los niños antes de la función y, aquellos que le compraban, ocupaban los primeros asientos.


Una vez ubicada la audiencia, gaito kamishibaiya contaba varias historias utilizando para ello un pequeño escenario de madera, o butai, que en la mayoría de los casos poseían muchos detalles artesanales en el que se insertaban ilustraciones que se iban removiendo a medida que se contaba la historia. Las historias eran a menudo series de cuentos cuyos nuevos episodios eran contados en cada visita a las villas. Las historias inacabadas garantizaban el interés por escuchar cómo avanzaba la historia en la próxima visita del gaito kamishibaiya. Son los antepasados de las series de televisión y ya empleaban recursos hoy de sobra conocidos para fidelizar a la audiencia.
Hoy en día es un arte que se mantiene con cariño, sirviéndose de medios actuales para ofrecer a la audiencia una experiencia mejorada, pero manteniendo su esencia tradicional.


El motivo de incluir una entrada sobre Kamishibai es que, como habréis podido imaginar, permite realizar un proyecto en las aulas desde planteamientos muy diversos:

-Alumnos que analicen, estudien, boceten y contruyan un kamishibai de madera o cartón. Pueden realizarse en varios tamaños (Uno que permita fichas de tamaño cartulina puede ser usado para contar historias a los padres en algún festival)
-Alumnos que investiguen su historia, sus partes, los elementos empleados, su evolución y que plasmen esta información en murales o lapbooks.
-Alumnos que creen cuentos para narrar en el butai. Aquí se trabajan las partes de una historia, se distribuye la historia en secciones y se utilizan como estimulo para la creación literaria.
-Alumnos que trabajan la ilustración de las historias. Deben diseñar, bocetar e ilustrar los cuentos creados. Han de tener en cuenta que la mecánica de desplazar cada lámina mostrando progresivamente la lámina posterior permite crear efectos que potencian la narrativa.
-Alumnos que trabajan la parte oral. La lectura en voz alta de la historia, el tono, volumen, inflexión y pausas de voz son cruciales para captar el interés de la audiencia.

Para dinamizar estas iniciativas confluyentes puede organizarse, de forma paralela, un concurso que premie a las mejores historias creadas (en cada clase, en todo el centro...), las mejores ilustraciones o a los mejores narradores. De este modo se anima a la participación y se estimula el esfuerzo.

Cuando todas estas acciones concluyan, es interesante que los alumnos puedan presentar sus historias a otros compañeros, en otros colegios, en la biblioteca del barrio, centro juvenil, etc. como una forma de dar difusión al proyecto.

En sucesivas actualizaciones añadiré enlaces a artículos relacionados que desarrollan en profundidad lo expuesto o ejemplifican las acciones propuestas.

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