miércoles, 23 de noviembre de 2016

Limpieza de patio

Desde hace un tiempo, en el centro en el que trabajo observamos que el patio se encuentra bastante sucio, lleno de envases de plástico, botellas de zumo, papeles, etc. El aspecto que presenta no es el adecuado y, debido a esto, hemos abordado el tema varias veces tratando de encontrar posibles soluciones o proponiendo acciones que realizar.

La primera vez que surgió la necesidad de hacer algo al respecto viví con sorpresa las diferentes propuestas de algunos de mis compañeros. Desde mi punto de vista, la suciedad del patio es consecuencia de un problema previo que es la falta de hábitos de aseo y limpieza de algunos alumnos. Hay determinados alumnos que salen al patio con el almuerzo y, cuando lo terminan, simplemente lo arrojan al suelo. Estos alumnos probablemente arrojen papeles y envoltorios por la calle dado que su falta de hábitos no se circunscribe únicamente al colegio. Para resolver el problema debería abordarse la prevención o (re)educación de los hábitos de estos alumnos.

Plantear la definición y el origen del problema es una cuestión fundamental desde mi punto de vista ya que apunta a un rango determinado de acciones a efectuar. Sin embargo, no pocas veces he comprobado como se realizan diagnósticos totalmente ajenos a la realidad de la situación (eso cuando se realizan y no se comienza a proponer ideas sin más).

En este caso concreto, la valoración que se hizo es que los alumnos necesitaban concienciarse más de lo importante que era tener el patio limpio, así que se acordó realizar una tutoría en la que explicar a los alumnos que no hay que tirar papeles ni plásticos al suelo. Otra propuesta fue la de hacer batidas periódicas. Yo objeté que los niños no necesitaban una sesión de concienciación en la hora de tutoría para saber que tirar papeles al suelo está mal y que las batidas abordan las consecuencias pero no las causas... Mi propuesta fue pedir a los alumnos que tirarán los envoltorios en la papelera del aula antes de salir al patio y que se hiciese una revisión diaria del cumplimiento de esta nueva norma. Fue descartada. Se aprobaron las otras dos.

Pasado un tiempo (uno o dos años), se hizo evidente que el aspecto del patio no había mejorado y que era necesario abordar de nuevo la cuestión para encontrar una solución. Se analizó de nuevo la cuestión y se expresó que alguno alumnos arrojaban los papeles al suelo porque había pocas papeleras en el patio y que, en las batidas de limpieza, varios alumnos se rengaban a participar porque no querían recoger suciedad del suelo. Muchos de ellos los mismos que arrojaban los envoltorios del almuerzo. Acababan recogiendo la suciedad los alumnos más aseados mientras que los que la causaban se reían de ellos. Después de expresar que quizá no habíamos puesto en marchas las acciones oportunas volví a insistir en la necesidad de tener claro cuáles eran las causas para poder poner en marcha acciones consecuentes y apropiadas. De nuevo propuse pedir a los alumnos que arrojasen los envoltorios a la papelera del aula antes de bajar al patio y realizar un seguimiento del cumplimiento de esta norma. El acuerdo tomado fue el de realizar una nueva sesión de concienciación en la hora de tutoría y comprar más papeleras para el patio.

Un año después, sorprendentemente, nos encontramos de nuevo en la necesidad de decidir qué hacer con la limpieza del patio. Dado que no se había organizado un calendario de batidas detallado, éstas no se habían realizado son la periodicidad anterior. Se decidió que uno de los problemas con la limpieza del patio era que no lo habíamos limpiado con la regularidad necesaria. Pedí reconsiderar el planteamiento y que se valorase hacer algo antes de que se produjese el acto de ensuciar. Volví a proponer mi norma respecto a depositar los envoltorios en la papelera del aula y esta vez, para mi sorpresa, no fue descartada. Con alguna mala cara y sin demasiado entusiasmo se aceptó proponer a los alumnos que tirasen el papel de aluminio antes de salir al patio.

Ha pasado un año y, de nuevo, estamos dándole vueltas al mismo tema. De momento tenemos programada una batida para el próximo viernes y ya nos han pedido nuevas ideas para ver qué hacer.
Tengo la sensación de que la gente sigue buscando soluciones mágicas que resuelvan esta dificultad de un plumazo y me sonroja comprobar la poca visión de algunas personas al respecto.

Por mi parte, creo tenerlo claro. Es un tema de hábitos, esto significa un problema de práctica, de costumbre, de entrenamiento. Soy consciente de que algunos compañeros pidieron a los alumnos que tirasen los papeles en las clases pero, pasado un tiempo, dejaron de prestar atención a si lo estaban haciendo o no. Otro tanto ocurre con las botellas y los bricks de zumo.

Para poder evaluar si una medida es efectiva o no, deberíamos comprobar que se ha aplicado correctamente así que propongo desde aquí, dos acciones:
1) Para averiguar sin lugar a dudas si la medida se está aplicando en las diferentes clases, durante la hora del patio un profesor, pasa por las aulas y comprueba si en las papeleras hay envoltorios del almuerzo. Si no los hay no hay más que decir, señoría. Se pueden obtener evidencias acerca de las clases y de los profesores que cumplen o incumplen la aplicación de esta norma.
2) Para evitar que mis alumnos vayan por el patio con el zumo, les pido que se lo beban tranquilamente en la puerta del patio, lo tiren a la basura y luego se vayan a jugar. Hacerlo así evita, no solo que lo tiren en cualquier sitio, sino que puedan mancharse al jugar con la botella de líquido abierta en la mano. También evitamos los casos en los que un alumno termina el patio sin haber tomado su almuerzo porque se ha entretenido jugando.

Tal y como he dicho, la primera acción no aborda el problema de la falta de hábitos pero sí no permite evaluar si la propuesta inicial ha sido aplica de forma rigurosa o no. Algo fundamental antes de poder descartarla. De otro modo corremos el riesgo de declara inútiles propuestas que fallan debido a quienes han de llevarlas a la práctica.

Supongo que dentro de un año me toca escribir una actualización contando lo que se decidió y qué resultado produjo.