jueves, 28 de junio de 2012

Principios

Se educa con lo que se es. Para educar de forma diferente se ha de ser diferente.




miércoles, 27 de junio de 2012

Ralph Waldo Emerson

"La recompensa por una labor bien hecha es haberla hecho" 
La gratificación es intrínseca a la realización.

El valor de una explicación

No le explico a mi hijo de tres meses porque debe mamar del pecho de su madre. No le explico a mi hijo de tres meses porque debo bañarlo periódicamente. No le razono a mi hijo de tres meses que no puede arrojarse al vacío desde mi regazo. No le explico a mi hija de año y medio porqué debe comer de todo, ni espero a que entienda que dormir es necesario para su salud. Entre otras cosas porque aún no puede entenderlo. Si no lo entiende no dejo de acostarla hasta que ella ve la razón de todo eso. Soy adulto y debo entender todo eso por ellos hasta que llegue el momento en que ellos lo hagan por sí mismos. No puedo dejar que mi hijo no mame si no lo entiende, no puedo dejar de bañarlo porque no entienda los motivos por los que lo hago, no puedo dejar que se arroje al vacío porque no tenga consciencia del peligro, no puedo dejar de dar alimentos variados a mi hija porque desconozca lla importancia en su desarrollo de la variedad nutricional, no puedo dejarla despierta toda la noche porque no entienda que el descanso es necesario.
Cuando la explicación no es lo que condiciona que algo deba hacerse o no, la gestión de la energía que se gasta en ella debería ser diferente.
¿De que sirve presentar la argumentación de tu vida a tu hijo para explicarle porqué es importante lavarse los dientes si en realidad no es que no lo entienda, es que no quiere? ¿Vas a esperar a que quiera o a que lo entienda para acostumbrarle a que se los limpie?
Creo que hay que explicar a los niños porqué hacemos las cosas pero no esperar a que lo entiendan para enseñarles a hacerlas o pedirles que las hagan. El entendimiento y la responsabilidad del adulto es entender las razones por ellos hasta que ellos sean capaces de ser responsables por sí mismos. Por eso somos nosotros los adultos y por eso la responsabilidad de la educación y el cuidado de los menores es nuestra y no de ellos: porque ellos aún no son capaces de tomar decisiones responsables y maduras en relación a su propio bienestar. Lo que son es niños, no miniadultos.

Castigo

El castigo opera en el canal del miedo, no de la responsabilidad. Castigando enseñamos a temer, no a ser responsables. La consecuencia de haber hecho algo mal es reparar dicho mal en la medida de lo posible, no pagar una pena que sea igual de dolorosa. El castigo no es LA consecuencia de nuestros actos, no lo disfracemos de lo que no es. Es un estilo, una (mala) opción, un punto de vista... no una consecuencia lógica.