En esta entrada quiero exponer una modificación al sistema de canjeo de puntos que estamos aplicando en el aula.
Desde un enfoque modular de la dinámica de gamificación esta modificación no afecta al proceso de obtención de puntos, que estamos aplicando usando la herramienta Classdojo para valorar positivamente los comportamientos acordados. Dicho de otro modo, los puntos se obtienen de la misma manera y lo único que cambia es como los alumnos canjean los puntos.
Hasta ahora, los puntos obtenidos se canjeaban por adornos que se pegan al planeta de cada grupo. Los alumnos de cada grupo deciden si quieren canjear o no y, en caso de querer canjear, qué desean obtener a cambio de sus puntos. La idea es que consideren entre las las estrategias necesarias para obtener los adornos que desean el no canjear sus puntos una semana para acumularlos junto con los de la siguiente semana y alcanzar la cantidad suficiente.
Otra consideración previa es que hay alumnos que no quieren canjear puntos simplemente porque están acostumbrados a los rankings e interpretan que el equipo con mayor cantidad de puntos es el mejor. Aunque se les explique que la finalidad de los puntos no es reflejar quien es mejor sino posibilitar la mejora de su personaje, puede pasar que sigan presentado resistencias a entrar en la dinámica de canjeo semanal.
Pensando sobre ello creo haber encontrado una forma de abordar este asunto. En esta variante los puntos caducan semanalmente. Cuando termina la semana las cuentas de los equipos vuelven a cero. Classdojo permite resetear los contadores así que es sencillo hacerlo.
Puede ocurrir que un equipo, después de haber obtenido los adornos deseados, tenga aún una cantidad de puntos que, por ser pequeña, no puedan canjear. Si aplicamos el sistema a rajatabla perderían esos puntos en el reinicio semanal. Como esos puntos los han obtenido gracias a sus meritos no es de recibo que los pierdan sin más así que la solución vuelve a ser sencilla: Los puntos sobrantes de todos los equipos se acumulan en un espacio aparte "El tarro de los puntos perdidos". Este tarro acumula los puntos de la clase completa.
Dado que los puntos pertenecen a la clase completa lo lógico es establecer que ha de ser la clase completa la que consensúe cómo los van a canjear. En este punto creo que la mejor opción (descartando el crear un personaje común a toda la clase, son sus adornos específicos o comunes) es crear una tabla de actividades que pueden realizar juntos y los puntos que cuestan cada una de ellas.
Planteándolo desde esta óptica pasamos de un consenso grupal (4 o 5 alumnos) a la necesidad de establecer un consenso grupal (25 o 30 alumnos). Las actividades las van a disfrutar todos así que todos deben alcanzar un acuerdo al respecto.
¿Y qué actividades pueden ofrecerse en esa tabla? La imaginación vuelve a ser nuestra mejor aliada. Si podemos jugar con las horas y las asignaturas las posibilidades se multiplican. Algunas propuestas pueden ser:
-Dar la clase descalzos (con calcetines, sin calcetines, en zapatillas de ir por casa...)
-Picnic en el aula.
-Libre elección de sitio. Durante un día cada alumno puede sentarse libremente en el lugar que desee.
-Ver una película con Palomitas de maíz.
-Sesión de juegos cooperativos en el patio.
-Actividades propuesta por ellos. (Si les implicamos a la hora de confeccionar la tabla es más fácil que se sientan motivados)
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