lunes, 28 de marzo de 2016

Llamadas a la atención en el aula

En una entrada anterior mencioné la costumbre que tienen algunos profesores de levantar la mano y pedir a los alumnos que la levanten ellos también mientras guardan silencio para centrarlos y que estén atentos.
Esta actuación busca introducir un gesto o una frase para que sea más sencillo recuperar la atención de los alumnos en un momento dado, sin tener que ponernos a levantar la voz o a correr de un lado para otro pidiendo a todos los alumnos que se callen de una vez.

Las acciones de este tipo en lengua inglesa pueden recibir diferentes nombres: attention grabbers, attention getters o call back response, dependiendo de la dinámica que empleen para buscar este objetivo. En español no sé si existe alguna denominación que englobe este tipo de prácticas así que de momento me referiré a ellas genéricamente como "llamadas a la atención"("llamadas de atención" me suena a cuando riñes a alguien o le llamas al orden porque está molestando).


Las llamadas a la atención pueden emplear diferentes recursos o canales para transmitir su mensaje, guardar silencio, prestar atención o recuperar el enfoque perdido, pero usualmente atenderán a gestos, ecos, instrucciones o sonidos.

Un gesto es un movimiento que recuerda a los alumnos un mensaje comunicado previamente. El ejemplo más claro es de levantar la mano para pedir silencio. El alumno que ve al profesor con la mano alzada recuerda lo que significa porque le enseñaron que dicho gesto significa que el profesor quiere que callen.


Los ecos son las frases o cantinelas que generan una replica en los alumnos. Un ejemplo:
Profesor: -¿Cuantas patas tiene un gato?
Alumnos: -¡Una, dos, tres y cuatro!

Las instrucciones son pautas que el profesor da y que los alumnos que atienden cumplen. La idea es que, conforme los alumnos van dándose cuenta de lo que sucede, se van incorporando al cumplimiento de esa pauta hasta que toda la clase actúa a la vez. Por ejemplo, chasquear los dedos a un ritmo hasta que toda la clase se haya unido (lo que da una entrada perfecta a una danza como "mi carro me lo robaron")

En relación a los sonidos, algunas personas emplean algún instrumento o utensilio como llamada de atención: un timbre de recepción, un triángulo, una flauta de émbolo, un timbre de puerta inalámbrico (se guardan el pulsador en el bolsillo y así pueden moverse con libertad por el aula), un cuenco tibetano, etc. Como esta posibilidad puede abarcar innumerables posibilidades no entraré en más detalles. Ahí queda.


El caso es que las diferentes llamadas a la atención que cada uno de nosotros usamos es otra de esas prácticas habituales que me gusta comentar con los compañeros para conocer lo que hacen otros profesionales en sus aulas. No está de más ampliar nuestras opciones para poder seleccionar la que más encaja con nuestras necesidades o con nuestro estilo personal.

Por eso he decidido ir haciendo una lista con aquellas llamadas a la atención que vaya encontrando o que me vayáis comentando y así aumentar nuestras opciones . Para cumplir con aquello de que "el que la propone, se la come" empiezo yo:

Gestos
-Levanta la mano el profesor, los alumnos la levantan al mismo tiempo que callan.

Ecos
-Profesor: ¡Eo, eo! -Alumnos: ¡Oé!

Instrucciones
-Profesor: El que me escuche que (de una palmada, se toque la nariz, repita lo que hago...)

domingo, 27 de marzo de 2016

La gestión del aula empieza antes de entrar al aula

Un vídeo muy sencillo y claro que plantea algunas cosas muy básicas pero no por ello menos importantes:


Algunas de las cosas que menciona:
-La gestión del aula empieza antes de entrar al aula. Si entran en el aula con una energía inadecuada luego resultará mucho más difícil tranquilizarlos.
-Dar pautas sin confrontación. Reforzar aquellos comportamientos positivos que deseamos. Con un tono relajado y desenfadado.
-La capacidad de mantener conversaciones informales con ellos facilita enormemente la tarea. Se recomienda emplear sus intereses y aficiones como tema de encuentro.

Señales de mano

Todos tenemos nuestras costumbres, reglas o manías a la hora de gestionar las cosas que ocurren en el aula. A mi me gusta preguntar a la gente que normas o trucos tienen y porqué lo hacen de esa manera y no de otra para para ver lo que a la gente le funciona y lo que no.

Por ejemplo, hay gente que levanta mano para pedir silencio a los alumnos. Cuando ellos ven al profesor levantar la mano, la levantan también al tiempo que guardan silencio. Es una costumbre con la que me he encontrado en numerosas ocasiones pero que, desde mi punto de vista, presenta una pega muy grande. A veces, cuando un alumno quiere hacer una pregunta levanta la mano, otro compañero le ve levantar la mano, piensa que el profesor está pidiendo silencio y la levanta también, el efecto se contagia y acaban todos levantando la mano. Aunque les pidamos que miren al profesor primero, en cuanto ven un par de manos levantadas, repiten el gesto y los demás les siguen. Conclusión: los alumnos no deben usar el mismo gesto para preguntar algo que para guardar silencio porque les genera confusión.

¿Por qué cuento todo esto? Porque creo que es inteligente dedicar un poco de tiempo a reflexionar acerca de esas pequeñas decisiones que tomamos acerca de cómo gestionamos las cosas que ocurren en el aula, como lo que significa una mano levantada. Porque lo cierto es que una mano levantada puede significar un montón de cosas distintas.

Hace algún tiempo encontré esta imagen en Pinterest y me proporcionó la solución a uno de los problemas que mencionaba anteriormente:


No son pocas las veces que un alumno levanta la mano a mitad de explicación y, cuando crees que es para responder o formular una pregunta, te pregunta si puede ir al baño. Pasas a otro alumno con la mano levantada, buscando la respuesta pendiente y también él te pide baño. El tercero en hablar quiere sacar punta al lápiz y cuando llegas al cuarto ya nadie recuerda lo que habías preguntado o de lo que estabais hablando.
El problema es que hasta que no tienen el turno de palabra no pueden decirte qué es lo que quieren y si no te lo dicen no hay forma de saberlo así que lo mejor es encontrar una forma de saber lo que quieren sin que tengan que decirlo. Así puedes dar permiso a un alumno para ir al baño sin interrumpir a nada ni a nadie.


Las señales de mano en el aula solucionan este problema de manera absurdamente sencilla: creando un código de señales en función de lo que necesitas. Así pues, este año hemos incluido esta práctica en clase y he de decir que ha sido todo un éxito. Los alumnos no tardaron en aprenderse las diferentes señales y las usan con total normalidad. Algo que espero aprovechen los profesores de cursos superiores.

En nuestro caso hemos planteado:
-Un dedo para los turnos de palabra, preguntas y respuestas.
-Dos dedos para ir al baño.
-Tres dedos para ir a la papelera a sacar punta, sonarse o levantarse para recoger algo que se ha caído.

He colocado los dibujos encima de la pizarra con los respectivos carteles con las palabras "pregunta", "baño" y "papelera". Todos bien grandes para que puedan ser vistos y leídos desde cualquier lugar de la clase.

Creo que es una buena opción consensuar unas consignas con todos los profesores y que el código de señales no resulte excesivamente complejo.

Para mi, un máximo de tres opciones es lo idóneo de acuerdo a las necesidades que suelen plantear los alumnos pequeños así que, salvo que sea realmente necesario crear una categoría nueva, lo dejaría de este modo. Obviamente la idea está ahí para ser modificada en función de las necesidades de cada profesor y de cada grupo de alumnos pero considero que en su simplicidad radican sus opciones de éxito.


Evidentemente, si tus alumnos tienen permiso para levantarse libremente para ir al baño, tirar un papel a la papelera, sacar punta o lo que sea, podrías haberte ahorrado la lectura de este post.

Lapbooks

Los lapbook ("Libros con solapas" o "libros solapa") son una práctica didáctica muy empleada por las madres que practican homeschooling en América. A través de los blogs, donde estas madres dan difusión a sus trabajos, se ha ido comunicando esta práctica hasta llegar a nuestro país. Dado que se trata de una práctica excelente con muchas posibilidades en el aula, he querido dedicar un artículo a tratar de profundizar en ella.


La idea detras de los lapbooks es la de crear un soporte físico que permita a los niños reflejan de diferentes maneras visuales lo aprendido sobre un tema. En algunas páginas hablan de materializar lo aprendido, recopilar información y servir como soporte para comunicar a otros. Sería, dese un acercamiento general, algo similar a nuestros murales tradicionales, con ciertas salvedades que trataremos más adelante.



Después de leer, de mirar y de consultar diferentes blogs y páginas que hablan sobre ellos, he decidido plantear este articulo hablando de los lapbooks en relación a tres aspectos: Información, soporte y recursos.

Cuando hablo de información, evidentemente me refiero a lo que vamos a poner en el lapbook. Los contenidos que los alumnos van investigando, desarrollando o conociendo y que deben reflejar. Esta información puede ser la información que hemos trabajado a lo largo de un tema o un proyecto de investigación que solicitemos nosotros.

Sea de la forma que sea, creo que lo más recomendable es plantear la realización del lapbook al inicio del proceso. Avisar a los alumnos de que deben entregar un lapbook cuando concluyamos el proceso les sitúa en una relación con el contenido diferente. Mientras trabajamos la unidad ellos deben ir decidiendo que contenidos van a incluir en el lapbook y cuáles no, la manera de hacerlo, si deben ampliar o reformular lo visto en clase con un trabajo fuera del aula (encajaría perfectamente con el modelo de flipped classroom). Si van a utilizar la forma de organizar la información y las imágenes del libro, si van a emplear otras, etc.

En centros que no emplean el libro como soporte para el tratamiento de la información, la necesidad de ir registrando todo lo que se desarrolla en clase para luego trasladarla al lapbook, se hace más urgente, con lo que saber tomar notas y apuntes se vuelve crucial (una buena oportunidad para enseñarles cómo hacerlo). Si necesitan ilustrar algún aspecto del tema deberán buscar fuentes para obtener las imágenes (otra oportunidad para trabajar las TIC).

El soporte generalizado para realizar un lapbook es un archivador de cartulina cuyos extremos se doblan hacia el centro, formando las solapas que le dan nombre. En este vídeo podéis ver como se realiza:



Esta sería la estructura básica, que puede ser más compleja dependiendo de las necesidades de espacio. Por ejemplo, podemos añadirle páginas:


O unir varios lapbooks para crear uno doble o triple:


La combinación de lapbooks y páginas nos permite crear soportes realmente extensos o complejos:


Cuando hablo de los recursos de una lapbook me refiero a las soluciones empleadas para presentar la información de forma que sea atractiva visualmente. Esto puede incluir sobres en los que introducir elementos, solapas, ventanas, ruedas, desplegables, fotografías dibujos, etc.


Existen numerosas plantillas en internet a disposición de cualquiera para descargarlas y usarlas en nuestros lapbooks. Esta parte puede derivarse a la asignatura de plástica para crear un tratamiento más transversal.


Los alumnos deben ir decidiendo cuál es el soporte más adecuado para transmitir la información porque las distintas soluciones y pliegues de papel deben estar al servicio de la información que queremos mostrar y no al revés. Debe haber un equilibro entre el cuidado de la estética y del contenido para no caer en que "hacerlo más bonito" sea lo que más importe en la confección del mismo. Un ejemplo.

En otro orden de cosas quiero decir que los lapbooks, a diferencia de sus hermanos los murales, son más sencillos de manejar, de exponer y de archivar dado su menor tamaño y que pueden plegarse. Un recurso muy polivalente que merece la pena ser tenido en cuenta.


Serial radiofonico

Hace tiempo que anoté como propuesta a desarrollar en mi lista personal el realizar con los alumnos un serial radiofónico en directo con los alumnos. Hoy me gustaría desarrollar un poco más esta idea y el enfoque que me gustaría darle para no dejar de tenerla presente y para que pueda servir de estímulo para otros. El objetivo es hacer y enriquecer.

La propuesta parte de la base de presentar a los alumnos la radio novela o radio teatro como la dramatización en directo de un texto narrativo con la adición de efectos sonoros para aumentar la atención de los oyentes y acrecentar la intensidad dramática de la representación. Puede ampliarse información en la Wikipedia.

A continuación pueden presentarse a los alumnos ejemplos en vídeo de este formato:



Una vez presentada la singular característica de los seriales radiofónicos u obras de teatro, la unión de la lectura del texto con la producción de los efectos sonoros en directo, podemos comenzar a analizar de que manera se prepara un texto para su adaptación a radio-novela. En esta página puede leerse un ejemplo perfecto.

Por otro lado se presenta a los alumnos distintas formas de realizar los efectos sonoros. Además de los vídeos anteriores puede presentarse algún otro ejemplo.


Es importante señalar que en la representación de radio novelas o radio teatro, las persona que leen el texto en voz alta y el/los que producen los efectos de sonidos pueden ser realizados por las mismas o diferentes personas; dependiendo de la complejidad de los efectos a realizar y de los personajes que aparecen en la escena.

Una vez presentado la singularidad de los textos (no todos presentan la misma facilidad y relevancia a la hora de ser sonorizados) y la producción de sonidos, llega la hora de unirlos. Los alumnos deben aprender a sonorizar un texto. Podemos ofrecerles un texto y ellos deben ir proponiendo en que parte del texto y qué sonido puede producirse para ilustrar acústicamente la escena. Un ejemplo de este proceso puede verse aquí (los niños también indican cómo producir el efecto deseado):


Una vez que los alumnos han comprendido el proceso se les propone que generen un fragmento de una novela radiofónica, adaptando o escribiendo un texto, que decidan que sonidos ayudan a su ilustración y motivación y cómo producir dichos efectos. Es un trabajo ideal para hacer por equipos. A lo largo del proceso el profesor asesora y propone ideas a los equipos para estimular su trabajo.

Una vez concluido el trabajo, los equipos deben representar su propuesta frente al resto de compañeros.

Otras propuestas en relación con este proyecto:
-Dar a cada equipo una caja con los elementos que deben usar para crear los efectos de sonido y limitarles únicamente a los que sean capaz de producir con estos. Podríamos emplear un tiempo en pensar con ellos que sonidos pueden producirse empleando dichos elementos o dejar que sean los equipos los que desarrollen dichas propuestas.
-Si queremos hacerlo un poco más divertido, cuando realizan el serial frente a sus compañeros podríamos ocultar a los miembros de un equipo con una sabana o papel continuo para que el resto no vean que elementos utilizan para crear los efectos de sonidos. Luego pueden repetirlo de nuevo pero, esta vez, realizando los efectos a la vista de todos.
-Al principio de todo, podemos pedir a los alumnos que realicen un lapbook de esta unidad. Un trabajo que se complementa perfectamente con la parte práctica y que facilita la evaluación y la difusión. Estos lapbooks pueden exponerse en el aula o pasillo durante un tiempo.
-Podemos crear una votación en la que destaquemos al mejor narrador, la historia más original, la mejor adaptación sonora, los efectos de sonido más realistas, los efectos de sonido más locos o el uso más ingenioso de un elemento para crear un efecto.
-Es muy recomendable que algún equipo muestre a otras clases el trabajo que han realizado, a otros profesores o incluso que repitan su ejercicio en un festival frente a los padres. Valorar la necesidad de micrófonos y altavoces.
-Grabar y fotografiar el proceso al completo.


viernes, 25 de marzo de 2016

Libro lupa

Curioseando, curioseando, encontré este post de El Club dels petits lectors, en el que explican como confeccionar un libro lupa. Como me ha parecido una actividad muy curiosa, me he animado a probarla. Aquí os traigo mi experiencia al respecto y mis opiniones una vez concluida.

Para realizar mi prototipo de libro lupa he comprado cartulina negra y carpetas de dossier transparentes.


Después he preparado un documento con las imágenes que quería que apareciesen en el libro lupa y lo he imprimido.


He colocado esta hoja dentro de la carpeta dossier y con un rotulador permanente lo he calcado.


El dibujo queda de esta forma en el plástico del dossier. Cuando retiras la hoja con los dibujos y pones, en su lugar, una cartulina negra los dibujos quedan "ocultos" al fundirse con el negro del fondo.


Por otro lado he preparado la lupa, que no es otra cosa que un trozo de cartulina con la forma de una lupa en la que la lente es un circulo blanco.


Cuando introduces la lupa entre el plástico y la cartulina, el color blanco de la lupa "revela" los dibujos que estaban ocultos.


Conforme desplazamos la lupa, podemos descubrir otros dibujos ocultos.


La verdad es que no ha quedado mal. Es una actividad entretenida de hacer y me encanta lo ingenioso del efecto de la lupa. Mi comité de expertos en prototipos le han dado el visto bueno.



Por supuesto lo interesante son las reflexiones y la experiencia que posibilita el prototipo:

-Cuanto más transparente sea el plástico mejor. Los plásticos translucidos crean un efecto humo que desluce el efecto. Se puede probar con las transparencias.
-Cuanto más oscura sea la cartulina negra mejor. Encontrar el tono más oscuro facilita que los dibujos que hacemos en el plástico no se perciban a simple vista.
-Podemos jugar con lupas de diferentes colores. También puede ser interesante crear una lupa con lentes intercambiables (esto puede hacerse con un sencillo clip o un velcro)
-El mango de la lupa debe de ser negro porque si no revela los dibujos en lugar de hacerlo la lente.
-Además de dibujos, es una actividad que funciona muy bien con textos.
-Si combinamos textos y dibujos mejor que mejor.
-Podemos aprovechar el efecto para plantear cuentos con temáticas relacionadas con las investigaciones, los detectives, los misterios. El tema y el medio se vuelven uno y la experiencia es más potente. Aquí un ejemplo.
-En el post original, la autora encuaderna los plásticos y las cartulinas para crear el libro del titulo del post. Además une la lupa al libro con un cordel para que no se pierda


También podemos plantear el efecto desde el concepto de linterna, como en este ejemplo:


Lo que puede ser útil para relacionarlo con este fantástico libro, "La linterna mágica", en el que un niño explora el bosque por la noche con la única ayuda de su linterna:


Sea de la forma que sea, y con el enfoque que sea, es un recurso interesante a explorar. Si las fotografías y la explicación no os resultan de mucha ayuda, aquí podéis ver un vídeo con el proceso de elaboración:



Kamishibai: la antigua televisión japonesa

Kamishibai, tal y como recoge la wikipedia, es una palabra japonesa que significa “teatro de papel”. Es una forma de contar historias que se originó en los templos budistas de Japón en el siglo XII, donde los monjes utilizaban pergaminos, combinando imágenes con texto, para combinar historias con enseñanzas morales para audiencias mayormente analfabetas.
Entre 1920 y 1940 hubo un renacimiento de esta forma de contar historias debido a la gran depresión. Contar historias empleando este teatrito se convirtió en una forma de ganarse la vida. El gaito kamishibaiya, o cuentista, golpeaba dos pedazos de madera para anunciar su llegada a las diferentes villas. En ellas vendía dulces a los niños antes de la función y, aquellos que le compraban, ocupaban los primeros asientos.


Una vez ubicada la audiencia, gaito kamishibaiya contaba varias historias utilizando para ello un pequeño escenario de madera, o butai, que en la mayoría de los casos poseían muchos detalles artesanales en el que se insertaban ilustraciones que se iban removiendo a medida que se contaba la historia. Las historias eran a menudo series de cuentos cuyos nuevos episodios eran contados en cada visita a las villas. Las historias inacabadas garantizaban el interés por escuchar cómo avanzaba la historia en la próxima visita del gaito kamishibaiya. Son los antepasados de las series de televisión y ya empleaban recursos hoy de sobra conocidos para fidelizar a la audiencia.
Hoy en día es un arte que se mantiene con cariño, sirviéndose de medios actuales para ofrecer a la audiencia una experiencia mejorada, pero manteniendo su esencia tradicional.


El motivo de incluir una entrada sobre Kamishibai es que, como habréis podido imaginar, permite realizar un proyecto en las aulas desde planteamientos muy diversos:

-Alumnos que analicen, estudien, boceten y contruyan un kamishibai de madera o cartón. Pueden realizarse en varios tamaños (Uno que permita fichas de tamaño cartulina puede ser usado para contar historias a los padres en algún festival)
-Alumnos que investiguen su historia, sus partes, los elementos empleados, su evolución y que plasmen esta información en murales o lapbooks.
-Alumnos que creen cuentos para narrar en el butai. Aquí se trabajan las partes de una historia, se distribuye la historia en secciones y se utilizan como estimulo para la creación literaria.
-Alumnos que trabajan la ilustración de las historias. Deben diseñar, bocetar e ilustrar los cuentos creados. Han de tener en cuenta que la mecánica de desplazar cada lámina mostrando progresivamente la lámina posterior permite crear efectos que potencian la narrativa.
-Alumnos que trabajan la parte oral. La lectura en voz alta de la historia, el tono, volumen, inflexión y pausas de voz son cruciales para captar el interés de la audiencia.

Para dinamizar estas iniciativas confluyentes puede organizarse, de forma paralela, un concurso que premie a las mejores historias creadas (en cada clase, en todo el centro...), las mejores ilustraciones o a los mejores narradores. De este modo se anima a la participación y se estimula el esfuerzo.

Cuando todas estas acciones concluyan, es interesante que los alumnos puedan presentar sus historias a otros compañeros, en otros colegios, en la biblioteca del barrio, centro juvenil, etc. como una forma de dar difusión al proyecto.

En sucesivas actualizaciones añadiré enlaces a artículos relacionados que desarrollan en profundidad lo expuesto o ejemplifican las acciones propuestas.

jueves, 24 de marzo de 2016

Canjeo de puntos diferido o a diferentes niveles

En esta entrada quiero exponer una modificación al sistema de canjeo de puntos que estamos aplicando en el aula.
Desde un enfoque modular de la dinámica de gamificación esta modificación no afecta al proceso de obtención de puntos, que estamos aplicando usando la herramienta Classdojo para valorar positivamente los comportamientos acordados. Dicho de otro modo, los puntos se obtienen de la misma manera y lo único que cambia es como los alumnos canjean los puntos.
Hasta ahora, los puntos obtenidos se canjeaban por adornos que se pegan al planeta de cada grupo. Los alumnos de cada grupo deciden si quieren canjear o no y, en caso de querer canjear, qué desean obtener a cambio de sus puntos. La idea es que consideren entre las las estrategias necesarias para obtener los adornos que desean el no canjear sus puntos una semana para acumularlos junto con los de la siguiente semana y alcanzar la cantidad suficiente.
Otra consideración previa es que hay alumnos que no quieren canjear puntos simplemente porque están acostumbrados a los rankings e interpretan que el equipo con mayor cantidad de puntos es el mejor. Aunque se les explique que la finalidad de los puntos no es reflejar quien es mejor sino posibilitar la mejora de su personaje, puede pasar que sigan presentado resistencias a entrar en la dinámica de canjeo semanal.
Pensando sobre ello creo haber encontrado una forma de abordar este asunto. En esta variante los puntos caducan semanalmente. Cuando termina la semana las cuentas de los equipos vuelven a cero. Classdojo permite resetear los contadores así que es sencillo hacerlo.
Puede ocurrir que un equipo, después de haber obtenido los adornos deseados, tenga aún una cantidad de puntos que, por ser pequeña, no puedan canjear. Si aplicamos el sistema a rajatabla perderían esos puntos en el reinicio semanal. Como esos puntos los han obtenido gracias a sus meritos no es de recibo que los pierdan sin más así que la solución vuelve a ser sencilla: Los puntos sobrantes de todos los equipos se acumulan en un espacio aparte "El tarro de los puntos perdidos". Este tarro acumula los puntos de la clase completa.
Dado que los puntos pertenecen a la clase completa lo lógico es establecer que ha de ser la clase completa la que consensúe cómo los van a canjear. En este punto creo que la mejor opción (descartando el crear un personaje común a toda la clase, son sus adornos específicos o comunes) es crear una tabla de actividades que pueden realizar juntos y los puntos que cuestan cada una de ellas.
Planteándolo desde esta óptica pasamos de un consenso grupal (4 o 5 alumnos) a la necesidad de establecer un consenso grupal (25 o 30 alumnos). Las actividades las van a disfrutar todos así que todos deben alcanzar un acuerdo al respecto.
¿Y qué actividades pueden ofrecerse en esa tabla? La imaginación vuelve a ser nuestra mejor aliada. Si podemos jugar con las horas y las asignaturas las posibilidades se multiplican. Algunas propuestas pueden ser:
-Dar la clase descalzos (con calcetines, sin calcetines, en zapatillas de ir por casa...)
-Picnic en el aula.
-Libre elección de sitio. Durante un día cada alumno puede sentarse libremente en el lugar que desee.
-Ver una película con Palomitas de maíz.
-Sesión de juegos cooperativos en el patio.
-Actividades propuesta por ellos. (Si les implicamos a la hora de confeccionar la tabla es más fácil que se sientan motivados)

miércoles, 23 de marzo de 2016

Animación a la lectura: Pasaporte lector

Dentro de las actividades que pueden llevarse a cabo para incentivar la lectura en los alumnos me gustaría compartir una sobre la que he estado reflexionando ultimamente, el pasaporte lector.
El pasaporte lector, tal y como lo hemos realizado, consiste en proporcionar a los alumnos un documento en el que van a ir registrando los libros que leerán a lo largo del curso. A cada uno de ellos les dimos un pasaporte lector como este:


El pasaporte tiene un tamaño inferior a la cuartilla para que puedan guardarlo en una pequeña funda de plástico que tienen en la agenda escolar que les entrega el colegio. La idea es que no fuese un documento que anduviese suelto sino que lo llevasen encima todos los días. Para hacerlo, imprimimos las hojas por delante y por detrás, lo grapamos empleando una goma de borrar y lo cortamos con la guillotina para dejarlo con el tamaño deseado.

En la primera página de este pasaporte los alumnos escribían sus datos personales y se dibujaban a si mismos. En cada una de las siguientes 8 páginas los alumnos tenían 5 estrellas para valorar, según la cantidad que pintasen, lo que les había gustado el libro y otro apartado para escribir un breve resumen del mismo.

La última página tiene una tabla con 10 cuadrados y la contraportada del pasaporte muestra el logo del colegio.

La dinámica del pasaporte lector es que cada vez que un niño lee un libro, rellena una hoja de su pasaporte indicando lo que le ha gustado y un breve resumen. Cuando enseña esta hoja al profesor éste le cuña en uno de los cuadrados de la tabla final. Cuando el alumno consigue que le cuñen todos los cuadrados obtiene un premio.

Algunas consideraciones a tener en cuenta respecto de esta dinámica:
-Los libros de valenciano y de inglés valen doble. Se busca incentivar la lectura en estas lenguas con dos cuños en lugar de uno.
-Cuando un alumno completa un pasaporte, se le entrega otro nuevo y continua el proceso. A lo largo de un curso escolar hay alumnos que completan dos o tres pasaportes (hablamos de 20 a 30 libros aproximadamente).
-Es una dinámica totalmente voluntaria.
-Los premios eran cosas que valiesen 1 o 2 euros como mucho y que tuviesen relación con la lectura o escritura (Tiger y su sección de papelería resulta formidable en ese sentido)

Además del pasaporte y su funcionamiento creo que es interesante también hablar del sistema de préstamo y de algunas consideraciones generales.
Como la idea de esta acción incluía acostumbrar a los alumnos al funcionamiento del préstamo de libros de una biblioteca, decidimos hacer que la biblioteca del aula funcionase de la manera lo más similar posible.
Cada libro tiene en la primera página del libro su correspondiente ficha de prestamo. Similar a esta:


Además de las correspondientes fichas, el profesor tiene un álbum de fotos con fundas de tamaño pequeño. Nosotros compramos los nuestros en un bazar. Son parecidos a este:


Para preparar nuestro sistema numeramos las primeras 31 fundas (una para cada día del mes) escribiendo en cada fundita el numero correspondiente encima de una pegatina blanca. En el resto de fundas guardábamos fichas de préstamo y pasaportes lectores en blanco para cuando hiciesen falta.

Cuando un alumno quiere tomar prestado un libro, entrega la ficha de préstamo al profesor que la cumplimenta con el nombre y fecha del alumno y la introduce en la funda con el número del día en que debe ser devuelto. Por ejemplo, si nosotros dejamos una semana para leer un libro y un alumno lo toma prestado en 12 del mes, introduciríamos la ficha de préstamo en la funda con el número 19. Si lo alquila el día 29 colocaríamos la ficha en la funda 6. En el caso de que el día que haya que devolver libro caiga en fin de semana o festivo se retrasa la devolución al primer día lectivo.

Cada día, el profesor abre el álbum de fotos, revisa si ese día hay libros para devolver. Si lo hay los pide a los alumnos. Después mira si el día siguiente habrán libros para devolver, si los hay recuerda a los alumnos que deberán devolver sus libros mañana. Así evitamos olvidos.


Si un alumno necesita más de una semana para leer un libro puede tomarlo prestado otra semana más siempre que primero lleve el libro a clase y lo muestre al profesor al finalizar la primera semana. Así nos aseguramos que no lo ha perdido.

Si un alumno olvida devolver el libro que ha tomado prestado el día que le tocaba tiene un "día de gracia" para devolverlo sin consecuencias. Pasado ese día , si no lo devuelve, se escribe una nota en la agenda informando a la familia para que le ayude a completar la devolución. El alumno tiene que esperar para poder volver a tomar prestado un libro, tantos días como aquellos que se retrasó.

Cuando un alumno devuelve un libro, el profesor toma la ficha del álbum de fundas, la coloca de nuevo en el libro y el alumno lo devuelve a la biblioteca de aula.

¿Qué ocurre si un alumno pierde un libro? La solución que propongo es la de aplicar una consecuencia lógica. Al presentar el proyecto a los alumnos y a las familias, se les solicita adquirir el compromiso de reponer aquellos libros que extravíen. Los alumnos firman ese compromiso junto con sus padres. El libro que han de reponer es el mismo que han perdido. Dado que las situaciones por la que puede perderse o estropearse un libro son infinitas es bueno tener atado y acordado de antemano la consecuencia a adoptar.

Hay una serie de consideraciones generales o de hábitos que influyen enormemente en el resultado de este plan de animación a la lectura y que conviene tener presentes:
-Tener el álbum de fotos para la gestión de los prestamos visible encima de la mesa del profesor facilita que no se nos olvide y que lo revisemos diariamente.
-"Diariamente" es una palabra polisílaba y fundamental.
-Es muy positivo presentar los libros que se adquieran para la biblioteca del aula a los alumnos, hablarles de ellos, leer algún fragmento. Darles visibilidad aumenta la probabilidad de que quieran leerlos.
-Cuando pasaban algunos días sin demasiado movimiento, incentivaba el uso del pasaporte anunciando que los libros de determinada colección o de determinada editorial valían doble esa semana o ese día. De ese modo los alumnos retoman el interés.
-Los carteles en el aula con frases o dibujos relacionados con la lectura ayudan. Aunque sea poco. Aunque no podemos valorar su alcance. Un grano no hace granero...
-Tengo por costumbre, cuando los alumnos han terminado sus tareas en clase, darles a elegir entre hacer un dibujo/manualidad o leer un libro. De este modo se animan a ojear los libros en clase antes de pedirlos prestados. Muchos alumnos solo leen el tiempo que tienen en clase porque después del colegio tienen numerosas actividades extraescolares. Si algo necesita la lectura, es tiempo.


Después de haber aplicado este sistema durante dos años, quiero compartir las siguientes criticas o reflexiones:
-Cuanto antes entreguemos el pasaporte lector a los alumnos una vez iniciado el curso mejor. Antes adoptaran el hábito de usarlo.
-El montaje del pasaporte lector debe ser lo más sencillo posible. Hay que mejorar el formato actual. Utilizar un tamaño tan específico y tener que graparlo hace que haya que invertir mucho tiempo en la fase de preparación. Creo que la clave es partir del formato A4, sencillo de fotocopiar y manipular. En este sentido puede ser interesante el formato de minilibro plegable. (hay una variante para hacer un libro de 10 páginas)
*Actualización: He creado un pasaporte siguiendo este modelo. Aquí tienes el enlace para descargar el documento.


-Pedir a los niños que resuman el libro es terrible para incentivar la afición a la lectura. Hay que buscar otras opciones para comprobar que los han leído como preguntas orales sobre el libro o fichas preguntando cuál es su personaje favorito y porqué.
-Todos los elementos se interrelacionan para favorecer el hábito lector. Descuidar uno hace que los alumnos pierdan el interés o el hábito, ambos con consecuencias desastrosas.
-Hay que ser un vendido a los intereses de los niños. No hay libro malo. Yo no contabilizo todos los cómics o los cuentos de dibujos en el pasaporte lector, pero tengo muchos en clase y les animo a leerlos.
-Desde un enfoque modular, como ikea, el sistema de préstamo puede tomarse por separado y combinarlo con otras propuestas diferentes al pasaporte lector (como este lectómetro o este otro) para construir todo un sistema nuevo. Lo positivo de este enfoque es que puedes mantener una infraestructura común y realizar variaciones según la edad.
-Lo contrario también es factible. Mantener el pasaporte y cambiar las reglas del sistema de préstamo.



lunes, 7 de marzo de 2016

El Trébol Verde


Esta es una actividad que compartieron conmigo unos profesores con los que coincidí en el Lab I CAN de Design for change y que llevan a cabo con muy buenos resultados. En su centro desarrollan una campaña llamada "El Trébol Verde". La campaña busca concienciar a los alumnos acerca del aseo y la limpieza de los espacios y de la importancia de tener hábitos adquiridos al respecto.
Para incentivar a los alumnos a que mantengan las aulas y el patio presentables los profesores tienen una comisión que se encarga de recorrer el centro cada día y anotar qué clases son más aseadas y están más comprometidas con el orden y la limpieza. Los componentes de esta comisión son desconocidos para los alumnos igual que el momento en que van a evaluar a las distintas clases. Cualquier profesor puede formar parte de la comisión y cualquier momento puede ser el momento en el que estén revisando el estado de la clase. Los miembros de la comisión anotan los datos que observan y, al final de la semana, acuerdan cuál es la clase ganadora.
Al final de la semana se anuncia a través de megafonía el nombre de la clase que ha ganado "El Trébol Verde", el trofeo que acredita su buena labor. Este trofeo o distinción vuelve a estar en juego nuevamente la semana siguiente.


Sobre este planteamiento tan interesante se pueden añadir o detallar algunos aspectos:
-"El Trébol Verde" puede ser una distinción que se encuentre visible en la puerta de la clase que lo haya ganado durante toda la semana.
-Los custodios del "Trébol verde" lo entregan a la nueva clase ganadora, como un testigo.
-Se pueden ir registrando las clases que han ganado cada semana y llevar un ranking anual.
-Puede mostrarse un cartel con los nombres de las clases en la entrada del colegio o en un lugar visible para las familias y una pegatina con "El Trébol Verde", que va cambiando de lugar en función de la clase que lo gana. Esto da visibilidad a la iniciativa.
-Para evitar excesiva subjetividad a la hora de valorar la limpieza y aseo de las clases se pueden consensuar qué apartados van a ser tenidos en cuenta. Por ejemplo: mesas despejadas, sillas en el sitio, mochilas ordenadas, no hay papeles en el suelo, etc.

sábado, 5 de marzo de 2016

Brain Breaks


Los Brain Breaks son actividades físicas cortas y sencillas, de 2 a 3 minutos, que no necesitan de material alguno y que se realizan cada 25, 30 minutos para dinamizar a nuestros alumnos, ayudarles a resituarse y enfocar de nuevo su atención.


Considero que puede ser útil tener preparados varios y emplearlos cuando la clase presenta signos de fatiga, tedio o cansancio, para romper esa energía y crear una dinámica nueva en el aula.
En breve incluiré en esta misma entrada una lista con aquellos que me han resultado más interesantes.

Design for change


Design for Change es un movimiento internacional, cuyo objetivo es ofrecer a niños y jóvenes la oportunidad de poner en práctica sus propias ideas para cambiar el mundo desde su propio entorno.
Los niños trabajan en equipo siguiendo un sencillo proceso basado en Design Thinking o pensamiento de diseño. Un método de resolución de retos profundamente humano cuyos pilares fundamentales son la creatividad, el pensamiento lógico, la colaboración, la empatía y el aprendizaje del error.


El proceso que propone Desgin for change consta de cuatro fases (cinco en la versión española): Siente, Imagina, Actúa, (Evolúa) y Comparte y permite a los niños generar, a partir de su sensibilidad, su creatividad y su cooperación, un proyecto de cambio.
Los adultos facilitan el proceso, los niños lo protagonizan y lo lideran. Es una manera de trabajar emocionante, sorprendente y llena de magia e incertidumbre, en la que la intuición se revela como una capacidad de enorme valor.
Un proceso de trabajo que no necesita de grandes espacios o de materiales costosos. Sus soluciones de baja tecnología y la necesidad de pensar con las manos suponen toda una innovación en un mundo educativo a veces excesivamente tecnologizado.