Vuelvo de una sesión de formación en la que se ha trabajado el carisma. Después de la explicación y de las aportaciones de algunos compañeros acerca de como portamos el carisma y cómo lo recibimos he estado escuchando algunas opiniones y comentarios que me han parecido un poco imprecisos, manidos y confusamente genéricos y se me ha ocurrido una actividad a realizar para trabajar este concepto.
Se pide a los miembros de un claustro que respondan individualmente a la siguiente pregunta ¿Cuál es el carisma de tu centro? o ¿Cuáles son los rasgos propios de los centros de tu orden/congregación/etc.? Como condición, les decimos que no pueden hablar entre ellos. Una vez transcurrido el tiempo (no debe ser largo, 1 o 2 minutos debería ser más que suficiente) se recogen las respuestas.
Si el carácter, carisma o rasgos distintivos del centro son tan claros y evidentes como muchas veces se pretende, todos, o por lo menos una gran mayoría, deberían haber respondido de la misma manera o de una manera muy similar. El hecho de no dar la oportunidad de acordar una respuesta de consenso es lo que nos garantiza que las respuestas son genuinamente individuales y no fruto de la voluntad de coincidir o agradar.
En el caso de que las respuestas no ofrezcan una coincidencia evidente, el siguiente paso podría ser analizar o agrupar aquellas respuestas dadas por aquellos que sean ex-alumnos. Aquí podríamos ver hasta que punto el haber crecido dentro de un clima de centro actúa como catalizador en la trasmisión de ese carisma, carácter propio o rasgos singulares. Si las respuestas de aquellos que han sido alumnos son iguales o significativamente similares, acordaremos que hay algo en la vivencia dentro de la institución que sí se trasmite y que no reciben aquellos que no se han formado dentro de ella.
De no ser así, deberíamos repensar qué entendemos por carisma, qué nos significa como organización o congregación, si nuestros mecanismos de transmisión de valores están funcionando adecuadamente, etc.
Continuando con esta línea de trabajo, en un centro en el que sus valores o señas de identidad estén bien definidas y sean transmitidas con claridad a todos los miembros de su comunidad educativa, es de suponer que cualquiera que forme parte de ella debería ofrecer una respuesta igual o muy similar a la dada por los educadores. Podríamos plantear esta misma pregunta y en las mismas condiciones (sin hablar entre ellos y en uno o dos minutos de tiempo como mucho) a los padres y madres de los alumnos: "¿Qué es lo que crees que nos caracteriza como centro"? "¿Cuál crees que es rasgo más importante de nuestro centro?".
De las respuestas obtenidas podemos volver a obtener una lectura muy importante respecto de la claridad con la que es percibida y se trasmite aquella característica, rasgo o carisma que nosotros consideramos nuclear en nuestro centro. Si los padres y madres coinciden con las respuestas dadas por los profesores o no, si lo hacen con la de aquellos profesores que fueron en su momento alumnos del centro o si no hay respuestas mayoritariamente coincidentes.
Creo que puede ser una buena forma para averiguar con precisión lo que en realidad sucede y dejar a un lado las respuestas vagas e imprecisas a las que tanto estamos acostumbrados. ¿Alguien se atreve? A mi me encantaría.
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