Uno de los aspectos de los carteles y paneles generales que hay presentes en el aula que me gusta cuidar es su visibilidad, esto es, que sean perfectamente legibles por los alumnos desde los sitios donde se sientan. Un sistema visual, un cartel o una pancarta que no puede ser leído sin tener que levantarse del sitio y acercarse no cumple parte de su propósito básico. Lo mismo ocurre con las normas del aula, las frases de motivación, el horario, etc.
Partiendo de esta consideración, en los sistemas de conteo anteriormente mencionados parece obvio que no podemos crear un panel con 20 o 30 números sin que esto afecte al tamaño o a la visibilidad (o disponemos de espacios gigantes en el aula o tendremos que hacer los números más pequeños).
Hacer que los diferentes paneles muestren rangos de números tampoco me parece una solución válida porque dificulta la sensación de progreso del alumno, que tiene que esperar a sumar varios puntos antes de que su pinza refleje un mínimo avance físico.
El primero es crear un panel con 10 secciones, la inferior sería aquella que indica que es lo que se está midiendo (fruta, libros leídos,etc.). Las secciones inferiores son los números del 1 al 9. Cuando un alumno va progresando en nuestro contador su pinza avanza hacia secciones superiores. ¿Y qué ocurre cuando alcanza el número 10?
La primera solución es colocar la pinza del alumno en la parte superior de nuestro panel. Este sería el lugar correspondiente al número 10.
Otra solución sería hacer una marca o pegar un adorno para indicar que ha alcanzado el 10 y volver a ponerlo en la sección inferior.
La marca o pegatina indica pues una decena. La pinza del alumno sigue escalando secciones para reflejar el 11, el 12 y así sucesivamente. Cuando se vuelve a alcanzar la sección superior se añade otra marca, adorno o pegatina y se repite el proceso.
Resulta sencillo llevar así la cuenta aunque ésta vaya más allá del 9 sin afectar a la legibilidad de nuestro panel. El sistema permite llevar cuentas elevadas. Además, a final de curso podemos entregar a cada alumno su pinza como testimonio de su progreso. Un detalle que no por ser pequeño deja de tener valor.
Existe también la opción de crear un código de color para cada decena y sustituir la pinza del alumno por otra del color correspondiente cuando se alcance dicha cantidad. Por ejemplo: una pinza verde indica 10, una pinza azul indica 20, una pinza amarilla indica 30, una pinza roja indica 40...
Este sistema tiene como desventaja que nos obliga a tener multitud de pinzas de diferentes colores para cada alumno en lugar de tener todas de madera, lo que resulta más sencillo.
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